SINCERIDAD POÉTICA Y VOZ PERPETUA: FELIPE PÉREZ POLLÁN
Felipe Pérez Pollán es un poeta auténtico y amigo de la palabra, a la que cuida, protege, alumbra y exhibe en su total belleza y plenitud en los hermosos jardines de su castillo rodeado de naranjos.
Felipe da nombre a todas las flores y encuentra incluso el nombre de las que no lo tienen. En su generosidad, en ese desasirse propio de la vía purgativa, es poeta de pocos versos y, en sus dominios de piedra, aunque resuenen otras muchas voces, la suya permanece ligera, como un aleteo, mística e inefable.
La poesía de Felipe es sin lugar a dudas, poesía leonesa, trascendente y sobria y en palabras de Eugenio Marcos Oteruelo, poeta también extraordinario: poesía directa, austera que parte de las emociones que le proporciona su propia circunstancia vital: silencios prolongados, soledad, inquietudes y vivencias desde los espacios naturales que cercan su vida cotidiana: los ríos, los molinos, las montañas, los pinares…