Ya hace algún tiempo que sigo las andanzas y temas de Álex Fuertes, Seimurk, Raulín, Rubo y El niño del pijama por internet. Recientemente he leído también una publicación de Illán García en La Nueva España sobre esta panda de raperos avilesinos, La Otra Liga, que agitan con sus letras, en el mejor de los sentidos, las conciencias adormecidas y que contribuyen a que la urbe se vuelva más joven, más crítica, más viva.
Y es que Avilés no es nada sin su periferia y sin sus barrios, sin El Nodo, Versalles o Las Vegas, donde surge de forma espontánea esta nueva cultura difundida por YouTube. Desde el clasicismo rapero del “Ubi sunt”, “dónde están” de Seimurk al spanglish de El Niño del pijama en su profundo “Esperpento”, pasando por la búsqueda de “La Piedad” de Álex, Raulín y Seimurk , o del arte como salvación en “Belle époque” de Álex, Avilés se convierte, ya sea presente o ausente, en protagonista, en objeto artístico concreto y también universal gracias a estos nuevos juglares y a sus sencillas y a la vez originales letanías.
Cuando les escucho no puedo evitar, a pesar de la distancia, sentirme identificada con algunas de sus frases que se adentran en el alma con la fuerza y la simpleza del relámpago. Letras que se enredan, sueños que reviven, puertas que se cierran y otras que abren, subidas y bajadas, conspiraciones, brillos y sombras… Y me pregunto de dónde les proviene la fuerza o la inspiración y creo que la respuesta es periferia y barrio, aderezado con lecturas, vivencias y también estudios. Sí, también estudio. Os vaticino éxito pero no exento de sudor.
Leo uno de los tweets de El Niño del pijama aludiendo a sus composiciones y con su spanglish habitual dice así: “Música de culto by músicos pobres” y me viene a la memoria un poema titulado “El niño John”, este poema es de uno de los mejores poetas que he leído, Juan Carlos Mestre, y creo que La Otra Liga halla su excelencia y su don en su forma original de ver las cosas y es que tal como expresa Mestre en su poema (rescato algunos versículos):
“Los ojos del niño John y los ojos del niño Juan no ven las mismas cosas en el fondo del lago”. […] “Los ojos del niño John y los ojos del niño Juan no miran a los mismos pájaros que tiemblan en la oscuridad”.
“Los ojos del niño John y los ojos del niño Juan no ven las mismas cosas en el fondo del lago”
Carmen, soy un ignorante convecido, y cada dia que pasa, para bien o no, inexorablemente me adentro más en ese mundo en el que habitan los que lo asumimos y los que no…
No conozco a Seimurk, ni Álex ni al niño del pijama. Cuando viví en Avilés todo eso no existía, y aunque ya algo empezaba a prepararse yo había dividido mi estudio en pintura y en un laboratorio de fotos. Pero, aunque mi deseo era volver al pueblo, he de decirte que la forma de contar las cosas que tienes, tu estilo, tu «savoir faire» … he de decir que me encanta… ¡como te envidio!
Seguro que te preguntarás el motivo de pegar el texto (que creo que la letra de una canción…)que puse encima de mi comentario, es fácil, pensé en un cuadro de Dali, en el que él, creyéndose una niña levanta el agua del mar como si fuera una piel y en la que está su perro que duerme…
Carmen, maravilloso.
Saludos
Bernardino, tú sí que sabes plasmar en tus lienzos los misterios de las analogías. Debemos estar receptivos. A nuestro lado sucede mucho más de lo que a veces percibimos a simple vista. ¿Quién nos iba a decir que hace más de 25 años aquellos dos estudiantes de aquel curso de inglés en Avilés acabarían siendo un extraordinario pintor y una aprendiz de la sonoridad transcendente de la palabra?
En fin… Muchas gracias.
¡Como siempre Carmen genial!
Muchas gracias, Nuria. Un abrazo.
“Los ojos del niño John y los ojos del niño Juan no ven las mismas cosas en el fondo del lago”
Carmen, soy un ignorante convecido, y cada dia que pasa, para bien o no, inexorablemente me adentro más en ese mundo en el que habitan los que lo asumimos y los que no…
No conozco a Seimurk, ni Álex ni al niño del pijama. Cuando viví en Avilés todo eso no existía, y aunque ya algo empezaba a prepararse yo había dividido mi estudio en pintura y en un laboratorio de fotos. Pero, aunque mi deseo era volver al pueblo, he de decirte que la forma de contar las cosas que tienes, tu estilo, tu «savoir faire» … he de decir que me encanta… ¡como te envidio!
Seguro que te preguntarás el motivo de pegar el texto (que creo que la letra de una canción…)que puse encima de mi comentario, es fácil, pensé en un cuadro de Dali, en el que él, creyéndose una niña levanta el agua del mar como si fuera una piel y en la que está su perro que duerme…
Carmen, maravilloso.
Saludos
Bernardino, tú sí que sabes plasmar en tus lienzos los misterios de las analogías. Debemos estar receptivos. A nuestro lado sucede mucho más de lo que a veces percibimos a simple vista. ¿Quién nos iba a decir que hace más de 25 años aquellos dos estudiantes de aquel curso de inglés en Avilés acabarían siendo un extraordinario pintor y una aprendiz de la sonoridad transcendente de la palabra?
En fin… Muchas gracias.
Bonito artículo
Gracias por ser incondicional. Saludos.