La casa

La Casa
La Nueva España, miércoles 28 de Noviembre de 2018

La tarde era gris y húmeda. Había estado lloviendo sin parar desde la noche anterior. La senda por la que diariamente paseaba estaba inundada y los patos nadaban ajenos y más visibles que nunca sobre el camino encharcado.

Sin pensar demasiado salí a la calle y comencé a andar. Era festivo, no había prisa. A veces era recomendable que los pasos condujesen a algún lugar inesperado, alejarse, tomar un camino furtivo, sorprenderse con el hallazgo de lo que siempre estuvo ahí y, en lo que por alguna razón, nunca antes se había reparado.

Comenzó a granizar, opté por un atajo empinado y salí del pinar. El cielo se había vuelto negro, iluminado de vez en cuando por la luz azul de algún relámpago aún lejano afortunadamente. Deslumbrada, divisé a lo lejos un enorme tejo y más allá una casa abandonada que parecía surgida de otro mundo. Rara vez había pasado por allí, estaba próximo el cementerio, cuando el tiempo empeoraba era difícil encontrarse con nadie. Aun así me extrañó no haberme fijado antes ni en el tejo ni en la casa. Dejó de granizar; pero comenzó a llover abundantemente. Apresuré el paso, el resplandor de los relámpagos, ahora más frecuentes, se había vuelto de un rojo intenso y ahí ya, frente a mí, estaba ella, la casa, refulgiendo de entre las tinieblas, blanca y marmórea.

Un golpe de viento entreabrió una pequeña puerta herrumbrosa que guarecía el inmenso jardín. Dejó de llover y se abrió un claro en el cielo. Me acerqué a un estanque de aguas turbias y fangosas, en su centro había una escultura que, a pesar del deterioro, representaba a un niño acompañado de un perro. Sin parpadear miré de nuevo al estanque y comencé a vislumbrar imágenes de aquel mismo jardín pero en otro tiempo, un tiempo irreal pero mucho más feliz que del de ahora. Vi a una sirvienta con cofia que estaba sirviendo tres mesas en las que estaban dispuestas lo que parecía conformar una familia y a un niño vestido de marinero con un perro que corría y portaba una cometa. Comencé a oír una música lejana que parecía de los años veinte. De repente, se produjo un estruendo, miré hacia la casa, se había abierto de golpe su puerta principal. Desde el estanque, la sirvienta ahora parecía dirigirse a mí invitándome a adentrarme en la casa. Entonces huí despavorida, prometiéndome a mí misma que nunca más tomaría ese atajo y, mucho menos, la tarde noche de Halloween.

14 Comments on “La casa

  1. Un relato magnífico de suspense. Me encanta,esa mezcla de paseo y presente que te mantiene intrigado hasta el final. Enhorabuena

    1. Muchas gracias, Rubén, tus comentarios se han recibido. Tal como le he dicho a Susana es que no me había llegado el aviso. Me alegro que te guste, quizás me decida a escribir más relatos de este tipo.

  2. Hoy prefiero no extenderme en el comentario. Simplemente decirte que al terminar de leer el artículo me he enfadado mucho contigo. No puede ser que nos hagas caer empicados en el mismísimo centro de tu relato, embebido el espíritu al máximo por el ambiente de misterio que generan las descripciones espléndidas que lo componen, y de pronto, tras el susto por lo inesperado, te hayas atrevido a poner el punto y final, así sin más, dejándonos a todos con la miel en los labios. Mira a ver cómo lo haces, pero espero que pronto te decidas a terminar esta historia. Solo así podré perdonarte.

    Bravo Carmen, te has superado.

    1. ¡Gracias, Kiko! Parece que el experimento ha dado sus frutos. Tienes toda la razón, es un relato inacabado por varias razones, una de ellas la extensión exigida del artículo. No te preocupes, quizás no como artículo, pero la historia continuará. La verdad es que últimamente me acompañan no sé por qué las visiones de casas llamémosles «especiales». ¿Has podido leer el relato final de mi parte en Trío de damas, «La casa que protege o la casa que mata»? Ya me contarás cuando puedas qué te ha parecido.

      1. Sí que lo he leído Carmen. De hecho, cuando tú leíste un pequeño fragmento en la presentación, como ya había leído este artículo, me pareció que estabas hablando de la misma casa. Después cuando lo leí tranquilamente en casa, ya vi que se trataban de dos historias diferentes, aunque en esencia, si hubieses terminado el relato de este artículo, podría darse el caso de que al final dos personas distintas en dos momentos distintos estuviesen hablando de la misma misteriosa casa. Me han gustado mucho los dos relatos. Incluso croe que le he visto la cara al niño mientras bajaba por las escaleras detrás de la pelota. Enhorabuena.

        1. Gracias, Kiko. Creo que me has dado un punto de vista muy interesante. Yo pensaba que eran dos casas distintas; pero tal como dices, quizás sea la misma. A ver por dónde nos comienzan a llevar estas historias.

  3. Verso Fuster incursiona en una temática que ha dado al mundo de las letras autores y títulos destacados. Narraciones concisas y contundentes en su lenguaje des adjetivado, en su manera de adentrar al lector en posibilidades que están más allá de toda comprensión racional, historias fantásticas, paranormales en las causas y los efectos que las originan y que en virtud al conocimiento amplio que del género despliega el escritor consigue hacerlas creíbles. No es fácil ligar la idea primaria con el resultado final del trabajo si en este ejercicio, complejo como todos, no se va de la mano con la práctica constante y continua. Sintaxis y síntesis, de lenguaje y de concepto, juegan papel principal a la hora de desarrollar la trama, de apretar -entre líneas- el nudo (conflicto) de lo que se pretende contar. Pausas premeditadas, suspensos justos, desenlaces inesperados, son parte de las Reglas de Oro al momento de construir un relato de este género que -repito- sin ser del lotro mundo tampoco es de fácil logro. Verso Fuster se atrevió. El tiempo le hará justicia…

    1. Muchas gracias, René, por tu valioso análisis y tus reflexiones sobre el género. Efectivamente, quizás el género no cuente con demasiado prestigio hoy en día; pero pensemos en Poe, Mary Shelley, las leyendas sorianas de Bécquer, etc. Quizás cuando acabe un proyecto en el que estoy y que me llevará algo de tiempo, acabe lanzándome a la piscina…

    1. Muchas gracias, Susana y disculpa, disculpad la tardanza en contestar. Antes cuando recibía un comentario me llegaba un aviso al e-mail. Me alegro que te haya gustado. Siempre me han gustado las «pelis» de terror además de los grandes escritores que han cultivado el género: Poe, Mary Shelley, etc. Quizás cuando acabe un proyecto que tengo empezado, me vuelque en este género.

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